El relato se titula:
''El Sendero''
Camino despacio por el sendero de tierra, y también algo
dormido, he de decir. Vuelvo de los campos de trigo de
mi padre, después de haber trabajado horas y horas.
Todo está oscuro, pero la luna llena me ilumina
tenuemente el camino, que ya sé de memoria. A mis
lados se abre una extensa llanura hasta donde
alcanza la vista.
El camino sigue y ya se pueden distinguir las primeras
luces del pueblo que me espera, en silencio, como siempre.
Siento un dolor agudo en los hombros y en el pecho,
supongo que del trabajo, como siempre.
Las luces crecen. Oigo un lejano aullido, acompañado de
la brisa invernal. Lobos. Acelero el paso, será lo mejor.
Tengo dieciocho años y llevo trabajando desde los diez,
como la mayoría de los niños de mi edad. En cambio, las
chicas se quedan en casa, ayudando en las tareas
domésticas a sus madres.
El aullido se repite, esta vez más cerca. Aprieto todo lo
que puedo el paso, distinguiendo ya las primeras casas.
En mi infancia había pasado malas noches por los
cuentos que me narraba mi padre sobre criaturas
malvadas que se ocultaban en las sombras. Pero
con el paso del tiempo comencé a no creer todo lo que
me narraba, incluso a dormir toda la noche sin que me
acosaran las pesadillas.
Aunque hay veces que el alma me traiciona cuando
camino de noche por este sendero que hoy recorro, y me
vuelve a la mente la pesadilla que siempre me tortura..
Acabo corriendo, mientras creo oír a mi espalda algo
que no es humano, una bestia que me sigue, una sombra,
un demonio que no deja de atormentarme.
Lloro, no puedo dejar de llorar, mientras cruzo la franja
que separa la llanura del pueblo.
Corro lo más deprisa que me permiten mis piernas
mientras pido auxilio.
Pero parece que ni un alma piadosa me escucha.
Puedo ver mi casa, mas también oigo a la bestia, a la
sombra amenazante e imparable que se cierne sobre mí.
Al fin llego, aliviado, a mi portal. Intento abrir la
puerta, que se obstina en permanecer atascada.
Grito, pero no me oigo. Se abalanza sobre mí, me clava
sus garras, me arrastra… grito, lloro, pido auxilio… de
repente…
Despierto en el campo de trigo. Es de noche. Empiezo a
andar, como siempre, por el camino de tierra. Me rodea
una extensa llanura hasta donde alcanza la vista,
mientras distingo, gracias a la luna llena, las primera
luces del pueblo que me espera, en silencio, como
siempre…
¿Qué os ha parecido? A mi me gusta como queda, francamente.
Saludos mutantes desde Genosha
3 comentarios:
Como siempre me dejas sin palabras ... esta genial el relato, te deja atrapado en cada accion que se describe , excelente =)
Ey!! Mola el relato ^^
Lo único que quizá habría que arreglar esos espacios que se han quedado por ahí sueltos (consecuencia del corta-pega de tu archivo, quizá?)
Pero me ha gustado, enhorabuena :)
Realemtne esta a doble espacio porke es de un concurso que me obligaba a hacerlo asi. Por conecuencia se quedó tal cual está postead u_u pero bueno, lo que improta es el relato,no? xDD gracias por vuestros comentariso ^^
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