Observé su cara arañada y desfigurada, sin expresión. Me arrodillé frente a mi esposa y mis lágrimas se derramaron por mis mejillas sucias y enrojecidas por el alcohol que corría por mis venas. Apenas la reconocía, su olor se confundía con el hedor de la sangre y mi sudor frío, y su cara de espanto era velada por las marcas de garras.
Ligeros jadeos escaparon de mi garganta mientras a mi espalda le oía perfectamente. Aferré mi esposa con ternura y giré mi cara hacia atrás, notando esos ojos rojos, sabiendo que sería lo último que vería. Yo sería el siguiente.
Espero que os haya gustado y recordad, cruzad los dedos para que salga elegido.
Saludos mutante desde Genosha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario